viernes, 19 de junio de 2015

El tiempo y el arte de conversar


Los físicos ya nos advierten: "el tiempo y el espacio son lo mismo." Una idea que, de entrada, puede parecer compleja y difícil, en la práctica, a mi me ha resuelto muchos aspectos cotidianos y profesionales. 

Como yo no soy un alma científica, aplico las lecciones de la física a mi manera, (reconozco que puede ser completamente contraria a lo que predican y defienden, pero, en este caso, la ignorancia me aporta una gran tranquilidad).

¿Cómo aplicarla en el arte de conversar? 

Yo lo he entendido del siguiente modo: 

  • Si el tiempo y el espacio son lo mismo: quiero expresar 4 ideas en 30 minutos de tiempo. Cada idea me lleva unos 10' desarrollarla. Por lo tanto, tengo dos opciones: o consigo 10' más de exposición ó escojo 3 ideas y descarto una. 
¿Fácil, verdad? 

En la vida real, ¿cómo lo aplico? Siguiendo estos puntos básicos e imprescindibles:

  • 1. Date el tiempo (y el espacio)  para hablar, conversar y relacionarte.
  • 2. Cuida que ese tiempo (y espacio) sea tanto grupal, colectivo, en pareja, familiar como el espacio íntimo e individual (hablar contigo mismo, escucharte, saber de ti, alentarte, mimarte,  demostrarte que te quieres y aprecias.)
  • 3. Respeta el tiempo acordado. Practica la puntualidad. Si en el ámbito personal es importante y es una muestra de respeto y re-conocimiento del otro, en el área profesional no puede ser de otro modo. Yo vengo del gremio teatral. ¿Te imaginas acudir a una representación teatral y que la obra empiece con 30' de retraso? ¿Cómo crees que reaccionaría el público asistente? ¿Crees que beneficiaría en algo a la sesión y a los resultados finales? 
  • 4.  Prepáralo todo con antelación. Otra vez, tómate tu tiempo y tu espacio. Si tienes que hablar en público, antes, tienes que reservar un tiempo para asegurarte que todo está como quieres, tanto los objetos (herramientas, utensilios, espacio, objetos...) como lo intangible pero básico (el discurso, las ideas que quieres transmitir, la energía que vas a utilizar -la tuya, no la de la compañía eléctrica- el tono que aportarás...)
  • 5. Cuando llega el fin, el tiempo (y el espacio) acaba. Una vez dicho lo que tenías que decir, expuesto el material preparado, respetado el turno de preguntas y dudas, lanzada la llamada a la acción... llega el final y es una despedida. No lo alargues.
  • 6. El tiempo (y el espacio) de reflexión y aprendizaje. ¿Qué ha salido bien y estás contento? ¿Qué has hecho para que saliera bien y puedes repetir? ¿Qué aspectos se pueden mejorar? ¿Cómo los puedes mejorar? Son algunas de las preguntas que necesitan su tiempo y espacio correspondientes. 
  • 7. Un tiempo para agradecer. Agradece a la sala, al público, a los organizadores, a tu equipo, a tu familia, a ti mismo (mejor con un premio, aunque sea un tiempo -y espacio- para tomar un café en tu terraza preferida).
Estoy segura que la práctica de estos puntos te ayudarán a planificar y a resolver mejor tus presentaciones delante del público. Ya me contarás. 



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